Aminatu, La Libertad: Ebnu
Resulta verdaderamente increíble que hasta hoy (y no parece que ello cambie) haya personas a las que solamente se les permite ver la luz de un nuevo día, a través de las estrechas rejas de una ventana. Y mucho más increíble es que los haya que se les niega terminantemente abrir los ojos, aunque sea para ver la nada.
Es en la noche cuando las almas solitarias acusan su soledad, sienten el abandono, y sufren en silencio las inclemencias de este injusto mundo. Es durante las oscuras noches cuando los corazones lloran las amargas lágrimas de la impotencia.
Noche tras noche, mientras la vida duerme, en nuestro lado del mundo miles de corazones continúan su latir triste y cansado esperando la luz del amanecer.
Los saharauis, desgraciadamente, conocen bastante bien la oscuridad de las celdas de cloacas, infestadas de maldad y de injusticia, además de insectos y roedores.
Actualmente hay cientos de saharauis totalmente desaparecidos, de los que no hay noticia, de los que no se sabe nada más que eso, que no aparecen. ¿Dónde están?
No hay respuestas. Ojala, algún día podamos saber lo que les ha pasado o lo que les está pasando. Ojala ellos mismos nos puedan decir, algún día, donde han estado durante estos malditos años. Estamos esperándoles y les seguiremos esperando hasta saber la verdad de lo que les ha ocurrido.
Miles de saharauis han sufrido las consecuencias de la represión marroquí en el Sahara ocupado, miles de saharauis, en estos momentos, están sufriendo las inclemencias de la represión continuada durante más de treinta y cinco años del régimen marroquí.
Lo sabe todo el mundo, pero a los gobiernos de Occidente, los campeones de la democracia en el mundo, los que se prodigan como el paradigma de los derechos humanos, se hacen la vista gorda o miran a otra parte, porque por muy democráticos y por muy respetuosos que sean con los derechos humanos, no antepondrán a sus intereses comerciales, estratégicos, o los que sean al derecho la justicia de una población que está lejos de sus fronteras, lejos de sus casas, lejos de sus mesas.
Hace más de dos meses que siete activistas saharauis sufren nuevamente la cárcel del enemigo y pueden ser condenados a muerte por un tribunal militar marroquí, por el simple hecho de viajar a los campamentos de refugiados saharauis. Occidente y sus siervos mantienen su silencio cómplice
Tuvo que ser una valiente y decidida mujer la que de manera pacífica, sin ofender a nadie y de forma sutil, obligada por la injusticia, optara por dejarse morir poco a poco para que su tenue y melosa voz les despertase y les enfrentase a la realidad, la misma de hace tantos años, la que conocen pero prefieren ignorar por el bien de su democracia, por el bien de sus derechos humanos.
Aminatu Haidar, La Libertad, no quiere morir, su voluntad ha sido siempre vivir pero con dignidad. Tanto es su amor a la vida y a la libertad que más de cuatro años de cárceles, torturas y vejaciones, más de cuatro años de intimidaciones y agresiones, no han podido acabar con sus aspiraciones a un futuro mejor para ella y para su pueblo. Más de cuatro años con los ojos vendados intentando borrar su mirada, más de cuatro años de muertes y desapariciones, no han conseguido doblegar su indestructible fe en la vida, no han podido con su sonrisa de paz y primavera.
Aminatu, La Libertad, ama tanto la vida, que es capaz de morir por ella.
El triunfo de la razón: Ali Salem Iselmu
Al final de esta dura batalla que gestó Aminetu Haidar sacrificando su propia salud para luchar por la libertad; podemos afirmar que ha ganado la razón a la sinrazón, la justicia a la injusticia. Ha ganado toda la humanidad oprimida y sin derechos. Por fin hemos derrotado desde la sociedad civil a los dictadores y sus cómplices.
Nuestro coraje encarnado por la Gandhi Saharaui se ha reafirmado en su espíritu de ciudadana del mundo capaz de llevar la batalla de la libertad hasta las últimas consecuencias; quienes prefieren ser súbditos y pagar un tributo a un rey no entienden el verdadero valor de la vida y la dignidad, viven cabizbajos con el miedo en su cuerpo, su cobardía les condena a vivir agachados rindiendo pleitesía al monarca alauí.
Hermanos del mundo, hemos devuelto a muchos pueblos de la tierra, la esperanza que una mujer de aspecto frágil puede derrotar al soberano dictador que quería usurparle sus derechos condenándola a vivir de extranjera el resto de su vida. Esa es nuestra victoria, la victoria legítima de los que no tenemos el poder de los poderosos, pero tenemos una firme convicción de luchar con métodos pacíficos hasta el final.
Ahora muchas dirán que Mohamed VI ha sido generoso permitiéndole a la Gandhi saharaui volver al Sahara Occidental por razones humanitarias, pero que humanidad puede tener un individuo que es el mayor empresario del país, es el máximo órgano ejecutivo y legislativo, es quien controla los medios de comunicación y siente un desprecio total por los ciudadanos de su país condenándoles a la miseria y la pobreza paupérrima. Él y su sequito de plebeyos llevan años intentando venderle a Europa una imagen tolerante y civilizada de Marruecos, pero que civilización democrática puede haber en este país que ha organizado una manifestación en el Aaiún contra el regreso de Aminetu Haidar. Éste es el perdón del soberano dictador aliado de Europa.
La historia al final nos dará la razón, sabemos que tenemos enemigos poderosos y chantajistas capaces de todo con tal de conseguir sus mezquinos objetivos, pero esta lucha es la lucha de los saharauis bajo ocupación marroquí, es la dignidad de los derechos humanos, de la libertad de expresión y movimiento, es el fin del Guantánamo de Marruecos en el Sahara Occidental.
Expulsada: Larusi Haidar
Resulta verdaderamente increíble que hasta hoy (y no parece que ello cambie) haya personas a las que solamente se les permite ver la luz de un nuevo día, a través de las estrechas rejas de una ventana. Y mucho más increíble es que los haya que se les niega terminantemente abrir los ojos, aunque sea para ver la nada.
Es en la noche cuando las almas solitarias acusan su soledad, sienten el abandono, y sufren en silencio las inclemencias de este injusto mundo. Es durante las oscuras noches cuando los corazones lloran las amargas lágrimas de la impotencia.
Noche tras noche, mientras la vida duerme, en nuestro lado del mundo miles de corazones continúan su latir triste y cansado esperando la luz del amanecer.
Los saharauis, desgraciadamente, conocen bastante bien la oscuridad de las celdas de cloacas, infestadas de maldad y de injusticia, además de insectos y roedores.
Actualmente hay cientos de saharauis totalmente desaparecidos, de los que no hay noticia, de los que no se sabe nada más que eso, que no aparecen. ¿Dónde están?
No hay respuestas. Ojala, algún día podamos saber lo que les ha pasado o lo que les está pasando. Ojala ellos mismos nos puedan decir, algún día, donde han estado durante estos malditos años. Estamos esperándoles y les seguiremos esperando hasta saber la verdad de lo que les ha ocurrido.
Miles de saharauis han sufrido las consecuencias de la represión marroquí en el Sahara ocupado, miles de saharauis, en estos momentos, están sufriendo las inclemencias de la represión continuada durante más de treinta y cinco años del régimen marroquí.
Lo sabe todo el mundo, pero a los gobiernos de Occidente, los campeones de la democracia en el mundo, los que se prodigan como el paradigma de los derechos humanos, se hacen la vista gorda o miran a otra parte, porque por muy democráticos y por muy respetuosos que sean con los derechos humanos, no antepondrán a sus intereses comerciales, estratégicos, o los que sean al derecho la justicia de una población que está lejos de sus fronteras, lejos de sus casas, lejos de sus mesas.
Hace más de dos meses que siete activistas saharauis sufren nuevamente la cárcel del enemigo y pueden ser condenados a muerte por un tribunal militar marroquí, por el simple hecho de viajar a los campamentos de refugiados saharauis. Occidente y sus siervos mantienen su silencio cómplice
Tuvo que ser una valiente y decidida mujer la que de manera pacífica, sin ofender a nadie y de forma sutil, obligada por la injusticia, optara por dejarse morir poco a poco para que su tenue y melosa voz les despertase y les enfrentase a la realidad, la misma de hace tantos años, la que conocen pero prefieren ignorar por el bien de su democracia, por el bien de sus derechos humanos.
Aminatu Haidar, La Libertad, no quiere morir, su voluntad ha sido siempre vivir pero con dignidad. Tanto es su amor a la vida y a la libertad que más de cuatro años de cárceles, torturas y vejaciones, más de cuatro años de intimidaciones y agresiones, no han podido acabar con sus aspiraciones a un futuro mejor para ella y para su pueblo. Más de cuatro años con los ojos vendados intentando borrar su mirada, más de cuatro años de muertes y desapariciones, no han conseguido doblegar su indestructible fe en la vida, no han podido con su sonrisa de paz y primavera.
Aminatu, La Libertad, ama tanto la vida, que es capaz de morir por ella.
El triunfo de la razón: Ali Salem Iselmu
Al final de esta dura batalla que gestó Aminetu Haidar sacrificando su propia salud para luchar por la libertad; podemos afirmar que ha ganado la razón a la sinrazón, la justicia a la injusticia. Ha ganado toda la humanidad oprimida y sin derechos. Por fin hemos derrotado desde la sociedad civil a los dictadores y sus cómplices.
Nuestro coraje encarnado por la Gandhi Saharaui se ha reafirmado en su espíritu de ciudadana del mundo capaz de llevar la batalla de la libertad hasta las últimas consecuencias; quienes prefieren ser súbditos y pagar un tributo a un rey no entienden el verdadero valor de la vida y la dignidad, viven cabizbajos con el miedo en su cuerpo, su cobardía les condena a vivir agachados rindiendo pleitesía al monarca alauí.
Hermanos del mundo, hemos devuelto a muchos pueblos de la tierra, la esperanza que una mujer de aspecto frágil puede derrotar al soberano dictador que quería usurparle sus derechos condenándola a vivir de extranjera el resto de su vida. Esa es nuestra victoria, la victoria legítima de los que no tenemos el poder de los poderosos, pero tenemos una firme convicción de luchar con métodos pacíficos hasta el final.
Ahora muchas dirán que Mohamed VI ha sido generoso permitiéndole a la Gandhi saharaui volver al Sahara Occidental por razones humanitarias, pero que humanidad puede tener un individuo que es el mayor empresario del país, es el máximo órgano ejecutivo y legislativo, es quien controla los medios de comunicación y siente un desprecio total por los ciudadanos de su país condenándoles a la miseria y la pobreza paupérrima. Él y su sequito de plebeyos llevan años intentando venderle a Europa una imagen tolerante y civilizada de Marruecos, pero que civilización democrática puede haber en este país que ha organizado una manifestación en el Aaiún contra el regreso de Aminetu Haidar. Éste es el perdón del soberano dictador aliado de Europa.
La historia al final nos dará la razón, sabemos que tenemos enemigos poderosos y chantajistas capaces de todo con tal de conseguir sus mezquinos objetivos, pero esta lucha es la lucha de los saharauis bajo ocupación marroquí, es la dignidad de los derechos humanos, de la libertad de expresión y movimiento, es el fin del Guantánamo de Marruecos en el Sahara Occidental.
Expulsada: Larusi Haidar
Fue expulsada de su casa
De su barrio
De su tierra
De su Sáhara.
La alejaron de sus hijos
De las flores resecas del desierto
De atardeceres bañados de rojo
De cielos relucientes de índigo.
La alejaron de su tierra
De su Sáhara.
La alejaron y la condenaron
Con soberbia callejera, unos
Con complicidad pedigüeña, otros.
Y unos y otros
No son más
Que la misma moneda
Tristes caras perplejas de un penique
Marruecos y España
España y Marruecos
Le clavaron la daga
Ellos
Traición, cobardía
y yerro tras yerro.
Ella
Dignidad y bizarría
Polvo, sudor y hierro
Minattu aguanta.
Aminatu, la victoria: Ebnu
Cuando en el horizonte se vislumbra
la luz de tu mirada de futuro,
y por el mundo vuela tu imagen de paz vencedora,
siento tu pasión y sufro, sin embargo lloro de alegría.
Pero aún nos quedan los muros de silencio y piedra
aún estamos entre las rejas de la agresión y el agravio.
Bajo tu sereno semblante,
he visto tus pies descalzos transitar
sobre una alfombra de alambres de espino,
y la fiereza de la noche tragarse el eco
del rastro de los desaparecidos.
Los amigos que sueñan tu voz,
que siembran las semillas de tu orgullo.
Tus ojos siguen a tientas vagando
entre las sombras buscando la luz.
Y debajo del manto ensangrentado florecen
tus negros y rojos cabellos de verde y blanco esperanza.
Tus hermosas manos agrietadas sostienen
las huellas que dejó la tormenta
que amainaste con valor, que domaste con dignidad.
Hoy quiero darte un trozo
de cielo azul de una canción de mi infancia,
y llevarte todo el calor de los abrazos
que le nacieron a la tierra.
Hoy quiero sumarme a tu risa
que renace en las calles del Aaiún,
y sentir el aroma de libertad
que tu corazón esparció por el viento.
Aminatu, la libertad: Ebnu
Hoy, querida hermana, estoy triste, como ayer.
Quiero que sepas que estoy sentado a tu lado,
leyendo los versos que nacen de tu nombre.
Que te miro a los ojos y veo la luz que brillará un día,
y el fuego que arderá para darnos calor,
y el resguardo que protegerá la ciudad que brota de tu mirada.
Hoy, querida compañera, estoy triste, como ayer.
Pero he visto la paz que mana de la firmeza de tus manos,
de la decisión irrevocable de ser saharaui hasta la muerte,
y de tu seguridad en que volverás a El Aaiún, firme la voluntad y alta la frente.
Te acompaño con mi voz, te doy mi canto, te doy mi corazón.
Quiero que sepas que mis cinco oraciones de cada día
comienzan y terminan con tu nombre, Aminatu.
Mañana es la fiesta de la ausencia.
Mañana es silencio tenebroso, cabizbajo.
Mañana es otro día sin patria, un amanecer sin hijos, un despertar sin madre.
Mañana es un día muy triste, como ayer, mañana es un día más sin libertad.
Aminetu, la heroína de la libertad: Ali Salem Iselmu
Decidió sentarse en un limbo
exigir su libertad
romper las cadenas del muro
acabar con la hipocresía de los cobardes
invitar a los valientes
para que abran sus brazos.
Sus pequeñas manos
sus ojos diminutos
su cuerpo menudo
envuelto de esperanza y libertad.
Miró a las lágrimas del mar
y abrazó las dunas del Sáhara.
Ella volverá, llena de sueños
derrumbará la cadena de los verdugos
y gritará con la impotencia de su cuerpo:
dejar que el siroco abrace Lanzarote
dejar que vuelva a El Aaiun
el siroco no morirá de hambre
morirá en la cárcel de la ignominia
y el crimen perfecto.
Oda a Aminetu: Abdulahi Abu Muhammad
No te me mueras mi amada,
que soy tu pueblo y espero
ver tu lucha coronada
con tu sueño, todo, entero.
Que ya se bien que me quieres
y que tu amor es sincero,
no quiero yo que te mueres
porque te quiero, te quiero.
En las mazmorras oscuras
y con los ojos vendados,
por mi, sufriste torturas
a manos de los malvados
Torturadores del rey,
esbirros y policías
que pisotean la ley.
Al dolor tú no cedías
Con las leyes en la mano
tus ideas defendías :
¡ es un derecho humano!
A todo el mundo decías.
¡Justicia! Clamas sin pausa,
eres firme defensora
del derecho, de la causa
por eso el pueblo te adora.
Al tejer este poema,
para Aminetu Haidar,
me acuerdo de otro problema
que no se puede olvidar:
tantos desaparecidos,
su terrible soledad
y los muchos detenidos
privados de libertad.
Y quiero con todo el celo,
por la amistad otorgada,
agradecer a Carmelo
y a nuestro amigo Taboada.
Que no asesine mi hija,
aviso a toda la tierra:
que rey Mohamed elija
entre la paz y la guerra.
Acepte, mi heroína,
estos versos dedicados
y toléreme tal ruina
pues fueron improvisados.
El destierro forzoso de Aminetu Haidar: El Cori Ramdan Nass
Resistencia, coraje, mujer,
digna de ver y escuchar,
juntos con ella hasta volver
a su tierra, Aminetu Haidar.
España y Marruecos en complicidad
su objetivo no van a lograr,
todos moriremos con dignidad
por un derecho y justicia luchar.
Políticos, poetas, actores y actrices
alcemos lo más alto nuestras copas,
para poder brindar juntos y felices
demostrando que con la Iglesia topa.
Se puede matar al gallo
que anuncia el amanecer,
pero el tirano y el vasallo
el alba no podrán detener.
La fortaleza moral y la debilidad física de Aminetu: Ali Salem Iselmu
Llegamos al aeropuerto de Lanzarote a las tres de la tarde, vimos desde el cielo la estructura de un enorme volcán apagado por el tiempo. Las montañas que se encuentran dispersas por toda la isla parecen una fiel copia de los montes de Leyuad, Lemdeismat que están en la región de Tiris, Sahara Occidental. Toda nuestra conversación giraba en torno a Aminetu, su coraje, su resistencia y la capacidad de haber puesto ante los ojos del mundo cómo un tirano viola las normas básicas y simples de la libertad y dignidad que necesita un ser humano para poder vivir y seguir siendo dueño de su conciencia y su corazón.
Cuando aterrizó el avión todos estábamos emocionados, por fin vamos a ver a la Ghandi saharaui, vamos a darle en el nombre de toda la sociedad vasca la solidaridad y el cariño que siente por su defensa de los derechos humanos y su firmeza de seguir luchando por sus convicciones hasta el final.
Nos adentramos en el aeropuerto, hasta el lugar donde esta La Plataforma de Solidaridad con Aminetu Haidar, cogimos el libro de firmas y dejamos nuestro apoyo estampado en el papel. Los turistas iban llegando y observaban con curiosidad los carteles con el rostro dibujado de la Heroína de la Libertad. Empezaron los saludos entre lágrimas de tristeza y alegría porque sabíamos que ella seguía luchando entre la vida y la muerte por su dignidad y por la dignidad de todo el pueblo saharaui.
Bajamos hacia la carretera y con nuestro cuerpo dibujamos su nombre, luego no cogimos las manos y juntos gritamos la palabra libertad. Al final leímos poemas del libro EL AAIUN, GRITANDO LO QUE SE SIENTE.
El ajetreo de la gente, de los periodistas en busca de la última noticia y la llegada del juez y el médico para persuadir Aminetu para que abandone la huelga de hambre, nos pareció una presión intolerable.
Zapatero decía que su gobierno había hecho lo posible para que Aminetu vuelva a su casa y que no podía renunciar a las buenas relaciones de vecindad con Marruecos, mientras el ministro de exteriores Marroquí seguía inmerso en el discurso de las pateras, el terrorismo y la inmigración ilegal, Moratinos nos recordaba que tenemos que velar por nuestra seguridad y que el reino alauí esta solo a catorce kilómetros.
El actor Willy Toledo, el arquitecto Fernando Peraíta y la abogada Inés Miranda seguían luchando frente a los medios de comunicación, al gobierno y a la justicia para que se respete la voluntad de Aminetu de mantener el ayuno hasta que pueda reunirse con sus hijos y su madre en El Aaiun.
Mientras nosotros seguíamos mirando su rostro, buscando sus huellas y siguiendo los acontecimientos sin poder cambiar nada en un mundo que prefiere plegarse al chantaje de un sátrapa, frente al coraje de una madre que lucha por su dignidad y la dignidad del pueblo saharaui. Que triste me sentí ante esta terrible injusticia y de que sirven los derechos humanos si no devuelven el sentimiento humano a las personas. Que atropello a la moral, a la inteligencia, al progreso y a todos nosotros sino somos capaces de reparar la arbitrariedad y la soberbia.
Nervioso, triste, emocionado e incapaz me sentí cuando observé la fortaleza y la belleza infinita que hay en sus ojos, jamás había visto en toda mi vida un cuerpo tan frágil y un espíritu tan libre. Saqué de la mochila los libros de poesía después de abrirla y cerrarla varias veces buscando un bolígrafo. Había un poema que escribí en papel marrón con su rostro titulado La Heroína de La Libertad. Todo se lo entregué y me sentí por un instante aliviado porque pude ver su pequeño cuerpo, sus menudas manos y la luz de esperanza que nace y termina en su rostro.
Antes de salir volví a dirigir mi mirada por última vez hacia su cara y en sus ojos encontré el mapa de la libertad que perdí cuando me desterraron, al igual que a ella, en una mañana gris en la que perdimos la inocencia de la vida.
La niña: Ali Salem Iselmu
La niña levantó su mano y le dijo a su maestra:
- Aminetu es premio Robert Kennedy por defender los derechos humanos en el Sahara Occidental, no quiere la nacionalidad española ni quiere ser refugiada política quiere volver a su tierra.
La maestra perpleja ante la reacción de la niña le dijo:
- ¿Qué quieres que haga España, si le ha ofrecido de todo, por qué sigue de huelga de hambre?, no lo entiendo.
La niña levantó su mano y con lágrimas en sus ojos le volvió a decir a su maestra:
- Aminetu es saharaui y su pueblo ha sido expulsado de su tierra hace treinta y cinco años, Aminetu no quiere ser expulsada ni ser extranjera en su tierra quiere recuperar mediante su huelga de hambre la libertad y la dignidad de todos los saharauis.
La maestra incómoda dijo:
- Pero la política internacional es compleja y tenemos muchas relaciones con Marruecos, no podemos hacer nada, es un país vecino y debemos mantener buenas relaciones no se puede sacrificar una amistad privilegiada con un vecino.
La niña con una profunda impotencia le dijo a su maestra:
- La dignidad es más importante que los caladeros de pesca, que los fosfatos, que las fronteras no se puede sacrificar la libertad de un pueblo por intereses que desprecian la existencia de una persona por decir simplemente que es de El Aaiun y es saharaui.
Todos los niños levantaron sus manos y juntos gritaron:
- Maestra, maestra, no tienes razón.
La luz de tus ojos: Ali Salem Iselmu
Ahora que muchos se preguntan quién eres, de donde vienes y que es lo que necesitas. Querida Aminetu todos sabemos que eres la luz que ha iluminado el mar de la ignominia y ha levantado la bandera de nuestro destierro.
Querida hermana quiero que sepas que todo tu dolor y sufrimiento es una parte inseparable de la humillación a la que nos han sometido con la complicidad de los poderosos que han trazado un plan para liquidarte y liquidar contigo a tú pueblo.
Hermana, su estrategia es seguir silenciando la paz que nace en tus ojos y termina en tus labios. El monstruo que te expulsó, te infligió el dolor moral y físico; es un personaje llegado de la edad media no es de nuestra época, pertenece a los bárbaros que humillan a su pueblo con la ceremonia del besamanos y suben en un corcel de pura sangre mientras los súbditos rezan en honor a su gloria.
Esos reyes déspotas y sanguinarios conocen tu historia y la de tu pueblo y se amparan en la ley que les otorgan los mercenarios de la política internacional para despreciarte y despreciar contigo la no violencia de tu determinación, quiero que sepas que eres el aliento de quienes queremos la libertad de tu dignidad. No te apagues resiste esta batalla. La batalla de tus ideas terminará matando a los cobardes quienes prefieren vivir negando la razón de tu justicia.
Querida Aminetu desde la distancia del exilio que nos separa, volveremos para derribar la ideología sanguinaria del horror.
Crónicas desde los campamentos. Para Aminetu Haidar: Bahia Mahmud Awah
Mientras continuaban mis preocupaciones, un tormento de desasosiegos e inquietudes por la suerte que podría correr tu vida, amanecía Id El Adha , correspondiente este año al 27 de noviembre de 2009. Ya la noche anterior lo había advertido a mis compañeros en un correo, iría el mismo día a esa pascua grande y me plantaría frente a todos con mis pancartas y mi conciencia, con un único mensaje, ese día los escritores saharauis de la Generación de la Amistad estamos contigo. Y “contigo ese día” sobrepasa el significado de las palabras. Quiero decir estamos contigo sin pensar en conseguir el cordero que todos buscaban para saldar tal vez una sunna, deuda religiosa más que moral.
La noche anterior preparé con pocos y rudimentarios medios unas pancartas pensando en los mensajes que quería hacer llegar a los orantes. Y allí me presenté el día del rezo, que tenía lugar en medio de una polvorienta explanada, de grisáceo y agrio suelo. Y al concluir la oración del Id, sobre un pequeño estrado hecho de un barro gris del mismo suelo, subió el imam de la wilaya para cumplir con su arenga religiosa.
La escuché con atención, fijándome más en lo solidario que el contenido religioso, porque bien sé que cada creyente saharaui es señor de su creencia, a diferencia de lo que ocurre en otros países. El imam, licenciado en derecho en los años setenta, de aquellos primeros jóvenes saharauis que estudiaron en universidades árabes, habló de Aminetu Haidar, de su lucha, de sus principios, de su huelga de hambre por su identidad y el retorno a su patria El Aaiun, Sahara ocupado. El imam habló del egoísmo del gobierno español y las sucesivas traiciones a los saharauis. Pidió a Dios que mantenga a Aminetu entre nosotros porque sus hijos y los oprimidos saharauis la necesitan hoy más que nunca.
Al término de la oración me acerqué al estrado con mis sobrinos, Elisabeth una amiga noruega y dos periodistas de la Radio Nacional saharaui que se unieron a nosotros, portando pancartas y panfletos. Muchos curiosos se acercaron a leer el mensaje de Generación de la amistad.
“Aminetu, los escritores saharauis de la Generación de la Amistad hoy en este Id no vestiremos ropa nueva, ni sacrificaremos corderos. Sentimos tu dolor y te acompañamos en tu lucha”.
“No estás sola porque contigo están Eduardo Galeano, José Saramago y muchos más amigos anónimos y de principios”
“PSOE, gobierno español y Marruecos cómplices contra los derechos humanos”
… entre otros muchos mensajes de apoyo.
Los medios nacionales se percataron de nuestra presencia y se nos acercó la televisión saharaui, RASD- TV, para recoger nuestro mensaje, y también el vice alcalde de la wilaya que nos tomó fotos para su revista local y nos agradeció el gesto. Al final de todo llegaba la hora del sacrificio y estreno de la ropa. Mis compañeros y yo nos dirigimos de vuelta a la familia con el mismo compromiso y la ropa que llevábamos hace semanas, pero con la conciencia tranquila de haber apoyado y recordado a Aminetu y a los siete activistas en la cárcel marroquí de Salé. Y así fue nuestro Id El Adha en la wilaya de El Aaiun, sin estrenar ropa y sin cordero pero con Aminetu y los presos políticos saharauis.
Haidar, Whitman y el aeropuerto de Lanzarote: Limam Boicha
Sería magnífico que se pudiera escuchar o leerse algunos versos de Walt Whitman en el aeropuerto de Lanzarote. ¡Hay tantos versos suyos que se ajustan perfectamente al momento en el que se encuentra Aminatu Haidar! Ella está allí, sentada, en medio de aquella enorme y fría sala. A medida que pasan los días se le ve cansada, muy cansada, (lógico después de tantos días de huelga de hambre) pero también se le ve sonriente y serena, llena de un vigor extraordinario, vigor que emana de su fortaleza interior, de la justeza de su causa.
Alrededor de ella sigue el ajetreo de los que vienen y se van, de los turistas, sus largas colas frente al mostrador de facturación, sus paseos por la terminal, sus lecturas, sus cafés, su espera mirando las salidas y llegadas, los retrasos de algún vuelo. Rutina, simple rutina. Pero esa rutina se puede llenar, si se quiere, de mucho contenido, como el de Aminatu.
Por ello qué mejor que volver a recordarle a los turistas, a los que pasan o pasean por el aeropuerto de Lanzarote los versos del gran poeta, el sabio Whitman, a ver si la escuchen aunque sea por unos minutos:
PARA TI
Desconocido, si al pasar, quieres hablarme, ¿por qué no
has de hacerlo?
Y, ¿por qué no te hablaría yo?
POETAS FUTUROS
¡Poetas del futuro! ¡Oradores, cantantes, músicos futuros!
No es el presente el que me justifica ni el que asegura que
yo esté un día con vosotros,
Son ustedes, la raza nueva y autóctona, atlética, continental,
la mayor de cuantas son conocidas;
¡Arriba! Porque ustedes me justificarán.
A LOS ESTADOS
Consentida sin discusión la obediencia, se ha caído en el
servilismo absoluto:
Una vez sometida, totalmente, no hay nación alguna, ningún
Estado o ciudad de la tierra que encuentre en lo sucesivo
su libertad.
Walt Whitman.
Aminetu: Limam Boicha
En Ti araron un surco
y desgajaron tus ramas,
tus tallos,
tus pétalos.
Te negaron
sorbos de agua,
rayos de luz,
y hasta un trozo de Melhfa.
Pero en Ti existe
una exuberante vegetación de memoria,
una brisa del océano,
y esa próxima
y anhelada lluvia nuestra.
Aminetu Haidar_ Ali Salem Iselmu
Sólo te he visto en fotografías y apenas recuerdo nada,
la sensación de olvido se vuelve un agobio.
Siento el rostro de tu mirada
convertida en lágrima
para romper el silencio
con el que tus verdugos violaron
la inocencia de tus ideas.
Tu imagen de silencio apacible
me habla y me escucha,
entonces yo llamo a los secuaces
para recordarles
que la magia de tu silencio
es la virtud de tu libertad.
Esperanza: Ebnu
Entre las calles
enrejadas del olvido,
las manos atadas
a las espaldas del tiempo,
hierven tus desordenados
huesos de porcelana.
Rumores me traen
tu reciente dolor añejo.
La leyenda crece
con tus lamentos al alba.
Mientras,
tus sueños vagan condenados,
esquivando uniformes y espías.
Sin embargo
más allá de tus labios rotos,
del hermoso rostro desfigurado,
de la mirada oscura y ausente,
se adivina tu laudable sonrisa de gloria.
Tu firmeza de acacia solitaria.
Tu fiel esperanza de libertad y primavera.
Acacia de raíces profundas: Bahia Mahmud Awah
En su tierno cuerpo y en su dulce mirar de mil rostros,
veíase incrustado el arte de una mano ajena,
y fiel al gusto de su arte hizo muchas sendas.
Extranjera la mano del Satán hace su nido,
siente su arte y sin piedad cobija
el saber de su cruel maestría.
Viola principios,
desafía la más sagrada carta magna del amor,
decreta sus leyes marciales
destruyendo ramas, quemando hojas
y flores de una acacia que hizo raíces en siglos
de profundidad.
Y dice el poeta árabe:
“…dicen que Leila enferma en la tierra de la Mesopotamia,
ojalá fuera médico para curarla…”
y dicen todos los poetas beduinos
que Aminetu en su celda
no está enferma, ni encarcelada,
sólo dirige en la sombra el trono de la paz
y que sólo en su harén de celdas
están brotando de una semilla
miles y miles y miles de heroínas de su desierto.
Y dicen los poetas beduinos que el nombre de Aminetu
tiene magia en la poesía,
resucita los más tristes versos.
Consagra la inspiración en la lírica
y convierte el género de la épica
en su ilustre testigo.
Beduino y poeta, qué más pueden cantar de ella.
Las apacibles noches
de su desierto, su inalcanzable techo de estrellas,
sus noches de luna llena,
su deseo de gritar en la inmensidad,
su anhelo al olor de la mar sahariana,
Su deseo de llenar sus pulmones de aire y poder vaciarlos,
su deseo de ser acariciada
por los vientos cristalinos de sus dunas.
Beduino y poeta, que más puedo cantar de ella.
Quiso saltar y ser la gacela más libre con su manada
y no pudo…
Intentó recitar un poema y se le torcían los versos,
recordó que el desahogo del poeta está en la palabra,
y recordó que el preso está lleno de mucho dolor.
Quiso escribir, cantar, hablar, gritar, llorar…
eligió la indefensa palabra
que predica en nombre de la paz.
Pero sólo recordó que podría ser ejecutada,
y deletreó los nombres de la tierra y sentenció
que ama mucho su tierra y a sus dos niños:
Hayat y Mohamed.
Un madrigal a mis tres amores: Aminetu Haidar, Leila Lili y Sáhara: Bahia Mahmud Awah
En el silencio exiliado, cada noche sueño gritar
vuestros nombres,
que anidan desterrados donde el tiempo
en la infinidad se reduce entre diminutas,
oscuras, transparentes y condenadas paredes.
Y soñé en una noche de media luna, que nunca,
en los sueños se sueña rezar sin versos.
Soñé cuerpos desnudos, inertes y frágiles,
donde el verdugo esculpió su nombre.
Soñé que ante su altar me faltan palabras
con las que confesar mis legales sueños.
Soñé que en medio de gritos y entre lóbregas paredes
me claman recitar tres poemas.
Sueño Rosas de mi desierto,
sueño Jacintos y sueño Esmeraldas.
Me despierto de un amargo y dulce sueño,
y hallo que el silencio,
el grito y los nombres que soñaba y buscaba,
gestan un poema de tres cautivas de libertad desnuda:
Aminetu Haidar, Leila Lili y Sáhara.
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