domingo, 27 de junio de 2010

Los refugiados saharauis: la historia de un éxodo forzoso


Los días 18, 19 y 20 de junio se celebraron en el Ateneo Cultural El Albéitar de León las Jornadas Universitarias de Apoyo a Personas Refugiadas. Contaron con la participación de miembros de Amnistía Internacional, Cruz Roja y la participación de la comunidad de refugiados saharauis, que estuvo representada por Ali Salem Iselmu, periodista y escritor, miembro de la Generación de La Amistad.


LOS REFUGIADOS SAHARAUIS: LA HISTORIA DE UN EXODO FORZOSO.

El pueblo saharaui siempre ha sido libre y jamás ha sido sometido a la fuerza por ningún ejercito, su resistencia a la ocupación y al dominio extranjero son un ejemplo claro de la fortaleza de su soberanía, frente a cualquier intento de anexión a su territorio.

En 1975 y después de casi 130 años de presencia española en el Sáhara, las Naciones Unidas exigen la aplicación de la resolución 1514 de la Asamblea General y la celebración de un referéndum de autodeterminación que le permita a los saharauis ser dueños de su destino y su tierra, pero España como potencia colonial incumple con su compromiso y firma los acuerdos tripartitos de Madrid mediante los cuales cedía lo que era hasta entonces su provincia cincuenta y tres a Marruecos y Mauritania. De esta forma se inicia un enfrentamiento bélico entre los guerrilleros del Frente Polisario y los países que se lanzaron a la ocupación militar del Sáhara Occidental desoyendo las recomendaciones del Consejo de seguridad.

En medio de un duro invierno miles de saharauis salen huyendo de las principales ciudades, aterrorizados de la situación de saqueo y bombardeo que llevaron a cabo las Fuerzas Armadas Reales Marroquíes en un claro intento de exterminio de la población civil; se improvisaron los campamentos en zonas montañosas y con vegetación para evitar ser blanco de la aviación y empezó la evacuación hacia Argelia que abrió su territorio a los refugiados.

Durante la huida muchos niños, ancianos, mujeres y hombres perdieron la vida cuando fueron bombardeados con napalm y Fósforo Blanco armas prohibidas internacionalmente. Sin comida, ni agua y recorriendo miles de kilómetros llegaron los primeros refugiados saharauis a la región de Tinduf en la que se instalaron las primeras jaimas.

En los primeros años de refugio muchos creyeron que el conflicto iba a durar semanas o pocos años y que la comunidad internacional iba a intervenir para corregir la clara vulneración del derecho internacional, llevada a cabo por Marruecos a base de la fuerza.

Pero no fue así y se inició una guerra de guerrilla entre el Frente Polisario y Marruecos que comenzó en 1976 y terminó el 6 de septiembre de 1991 con la firma del Plan de Arreglo entre las dos partes con el objetivo de celebrar un referéndum de autodeterminación que le permita al pueblo saharaui pronunciarse a favor de la independencia o la integración, para ello se iniciaron los trámites por parte de las Naciones Unidas de la identificación de votantes para la futura consulta electoral que decidiría el estatus final del Sáhara Occidental.

La parte marroquí diseñó un plan para hacer fracasar el referéndum alegando que miles de colonos marroquíes eran de origen saharaui y que deben participar, no obstante a esta burda maniobra la ONU logró identificar y admitir a 86.386 personas, lo que permitió tanto al Frente Polisario como a Marruecos estar por primera vez en la historia del conflicto frente a número de votantes que inclinaría la balanza a favor de la independencia del Sáhara.

Ante este hecho Marruecos inició nuevas maniobras en el Consejo de Seguridad con el apoyo de Francia y comenzó con la estrategia de ofrecer una autonomía a los saharauis como única vía de acuerdo, afirmando que cualquier solución que no le garantice la soberanía siempre será rechazada.

El tiempo entonces empezó a jugar a favor de la ocupación militar marroquí y en contra de los refugiados saharauis; una situación de status quo indefinida y una negociación en el marco del capitulo sexto de la carta del Consejo de Seguridad que solo invita al arreglo de forma pacífica de cualquier controversia; es difícil que lleve al acuerdo deseado y acorde con las resoluciones de la Asamblea General que exigen de forma clara la descolonización definitiva del Sáhara Occidental.

Frente a esta dramática situación los cerca de 200.00 mil refugiados pierden la esperanza en una desenlace final del conflicto, mientras los saharauis bajo ocupación marroquí inician una sublevación pacífica donde exigen delante de la (MINURSO) Misión de las Naciones Unidas para La Celebración de un Referéndum en el Sáhara Occidental, el derecho a la autodeterminación e independencia, pero Marruecos inicia una represión sin precedentes deteniendo y torturando a los principales activistas de derechos humanos y expulsando a la conocida líder saharaui Aminetu Haidar, con esa decisión arbitraria sólo consiguió que la opinión pública internacional, ejerciese una presión sin precedentes que terminaría obligándole a corregir la violación y torpeza que cometió, creyendo finalmente que iba a salir victorioso en este nuevo desafío.

La huelga de hambre de Aminetu Haidar, la situación insostenible de los refugiados saharauis en Argelia, Mauritania, España, Francia y otros países, nos recuerda que el conflicto lleva 35 años bloqueado, sin ningún avance palpable, mientras tanto Marruecos sigue llevando al Sáhara miles y miles de colonos, usurpando las riquezas a la fuerza y violando los derechos humanos delante de los ojos de las Naciones Unidas. Todo esto nos lleva a la conclusión que los saharauis no admitirán por más tiempo este injusto desequilibrio de la negociación y la diplomacia.

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