jueves, 28 de enero de 2010

La presión internacional logra la libertad provisional para Dagja Lachgar, la mujer activista del Grupo de “los 7”


Su familia, compañeros y miembros de asociaciones de defensa de los Derechos Humanos la esperaban hoy a las puertas de la prisión de Salé (Rabat), donde Dagja Lachgar estaba encarcelada desde el pasado mes de octubre, la última semana en huelga de hambre y en un estado emocional y de salud alarmante. Los últimos tres meses habían supuesto para ella el regreso a esos once años vividos en la cárcel secreta marroquí de Kalat Maguna cuando se la dio por desaparecida. El tribunal militar le ha concedido la libertad provisional hasta la celebración del juicio que, junto al resto del grupo de “Los 7”, podría condenarla a muerte por visitar a sus familiares y amigos en los campamentos de refugiados saharauis de Tindouf. La presión internacional y de distintos colectivos de Derechos Humanos logró que este mes se permitiera la visita a la activista saharaui de un facultativo que, en calidad de forense, ha emitido un informe médico fundamental para esta libertad provisional.

La ASVDH (Asociación Saharaui de Víctimas de la Violaciones graves de Derechos Humanos cometidas por el Estado marroquí) se congratulaba este mediodía de la puesta en libertad de Dagja, deseándole públicamente que la nueva situación le permita recuperar su salud; pero mostraba prudencia e insistía en su llamamiento urgente a las organizaciones internacionales a seguir presionando al Gobierno marroquí para que también libere, “y esta vez incondicionalmente”, a los seis compañeros de la activista y al resto de presos políticos saharauis.

Por su parte, la Plataforma de Apoyo a Aminetu Haidar ha calificado la medida como una operación de maquillaje del gobierno alauita ante las presiones internacionales y, especialmente, de cara a la próxima cumbre UE-Marruecos que tendrá lugar a primeros de marzo en Granada para confirmar el Estatuto Avanzado que convertirá al país magrebí en socio de la Unión. La razón alegada por la Plataforma es que a pesar de la actitud excepcional y “de cara a la galería” del gobierno marroquí con Aminetu Haidar o con Dagja, continúan las torturas, la represión policial contra los activistas saharauis, los encarcelamientos y las nuevas condenas.

Precisamente dos días antes de la puesta en libertad de Dagja, se ha confirmado la condena de cinco años de prisión para el activista saharaui Cheik Ameidan por atentar contra una cinta transportadora de fosfatos. El joven negó este hecho durante el juicio en el que alegó que fue obligado bajo torturas a firmar una declaración que no había leído y que resultó ser la prueba condenatoria. Vestido con ropa occidental, ya que desde hace 6 meses las fuerzas penitenciarias marroquíes han prohibido el uso de ropa tradicional saharaui en las cárceles, el joven activista declaró que fue sometido durante cinco días seguidos, entre otras, a la tortura que la policía marroquí llama del “pollo frito”, atado de pies y manos a un palo, para mantener el cuerpo en posición fetal y suspendido en el aire.

La defensa manifestó que Ameidan nunca fue reclamado por la policía marroquí en relación a los hechos que se le imputaban y que, más de dos años después, tras su regreso a El Aaiún de un viaje a Mauritania, fue sorpresivamente detenido por la policía, torturado e ingresado en la prisión donde permanece hasta la actualidad. Además insistió en que la única prueba alegada por la acusación, y que fundamenta la condena, era una declaración firmada ante el procurador del rey sin asistencia letrada, tras ser torturado y bajo amenaza expresa de ser torturado nuevamente. Al juicio asistieron como observadores juristas internacionales, aunque no se les permitió la presencia de un traductor, la letrada Gemma Elena Arbesú Sancho y su colega Gustavo Adolfo García Martel, ambos del Consejo General de la Abogacía Española, que definieron el ambiente como de “calma tensa”.

Esta mañana también se conocía que el martes 2 de febrero, en Agadir, se iniciará el juicio de los tres jóvenes que se manifestaron para pedir el regreso de Aminetu Haidar a El Aaiún mientras la activista estaba en huelga de hambre en Lanzarote. Asimismo está señalado el próximo día 8, en Tiznit, el juicio de Apelación contra los diez defensores saharauis de derechos humanos, condenados en primera instancia a tres y cuatro años de privación de libertad por su participación en otras concentraciones de apoyo a Aminetu Haidar celebradas en el mes de Noviembre de 2009 en la ciudad marroquí de Assa. La primera sesión de este último juicio de apelación fue suspendida el pasado 18 de enero por no citar el Tribunal a los abogados de la Defensa, ya que el señalamiento se efectuó directamente a los presos un día antes por la tarde en el centro penitenciario.

La Asociación Internacional de Juristas por el Sahara Occidental (IAJUWS) ha solicitado la presencia de observadores juristas a estas citaciones, invitando a los letrados interesados a confirmar su participación a través del mail mimn2008@gmail.com. El control internacional es la única vía que, según los activistas, puede evitar la violación de derechos humanos en el Sahara Occidental ocupado. Justamente la organización Human Rights Watch hacia suya, en una rueda de prensa convocada el pasado martes en Rabat, la denuncia de ASVDH de la falta de libertad de movimientos fuera y dentro del país de los activistas saharauis y otros defensores de los derechos humanos. ASVDH había denunciado recientemente que se había privado de su pasaporte y otra documentación a los activistas Elghalia Djimi, Dah Mustafa Dafa, Brahim Sabbar, Bashir Khfawni, Daddach Mouhamed, Larbi Masoud, Ahmed Soubaii, Atiqo Baray, Brahim Ismaili, Sultana Khaya, Abderramán Bougarfa, Hmad Hammad y Hassana Duihi.

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